Estaban dos amigos del pueblo cortando café en una finca. Los dos estaban en la misma finca, tenían el mismo clima, tenían el mismo tiempo de la claridad del día, ambos tenían dos manos y cinco dedos en cada mano, pero al llegar la tarde, uno siempre cortaba más café que el otro.
El que siempre cortaba menos kilos de granos de café, siempre buscaba algún pretexto o alguna buena excusa: "Es que a mí me tocó un surco con matas feas," "Es que hace mucho frío," "Es que se me hizo tarde."
En cambio, al que siempre cortaba más no le importaba cómo le tocaban las matas del surco, ni le importaba cómo estaba el clima, siempre madrugaba para empezar temprano y trataba de aprovechar el tiempo, lo único que le importaba era saber que mientras más kilos de granos de café cortara, más dinero podía ganar para sustentar sus gastos y las necesidades de su familia.
Las circunstancias en la vida, a veces son las mismas para dos personas, pero la actitud y la mentalidad hacen que sea diferente el Resultado de lo que cada uno obtiene, esto es porque existe una ley justa que le da a cada quien lo que se merece en su preciso momento.
Tal y como lo enseñó Jesucristo: "Dar es Recibir, quien más le ofrece y le da al mundo y a la vida, es quien más Recibe del mundo y de la vida."
Por ejemplo; La finca de café y los dos amigos del pueblo, son como la vida y dos formas distintas de comprender la misma vida.
A quien se entusiasma le va mejor que al que se aburre, quien lo hace con propósito obtiene más que quien lo hace sin motivos ni Razón.
-Ángel Yazmani F.L.
