miércoles, 23 de junio de 2021

La lección de los abuelos y el tabaquismo.


Historia uno: La todopoderosa e infalible estrategia de papai Abdón:

- Cierto día por la tarde, en una pequeña aldea denominada San Nicolás, el abuelo llamado Abdón, salió de la sala de la casa, Relajadamente se sentó en el borde de una banqueta de aproximadamente setenta centímetros de altura, y ya estando cómodamente sentado, sacó del bolsillo de su camisa guayabera azul celeste, la cajetilla de sus cigarrillos favoritos,  . . . y justo cuando se preparaba para encender el cancerígeno y autodestructivo producto, teniendo ya el cigarro puesto entre sus labios a dos centímetros de distancia del encendedor, sintió en su espalda que su nietecito predilecto se acercaba con pasos de pies descalzos, y él presintió su presencia, aún antes de ver a la pequeña criatura de tres años, tres meses y tres días de edad, de existencia y de vida.  . . .

Aún sin verlo, su instinto le dijo con toda certeza, que era él quien se acercaba detrás de él.  . . . Entonces giró levemente hacia un costado para poder ver al pequeño Angelito, lo llamó y le dijo: <<Angelito, ven mijo, acércate, ven con tu abuelo, quiero enseñarte algo.>>  . . .

- El niñito a veces era obediente y a veces ni siquiera tomaba en cuenta a la gente,  . . . cómo si viviera en su propio pequeño mundo de descubrimiento y curiosidad dentro de su pequeña mente todavía bastante llena de ingenuidad y desconocimiento.  . . . En ésta ocasión, el abuelo contó con la suerte de que el niñito lo tomara en cuenta y le hiciera caso, así que el pequeño caminó hacia donde estaba su abuelo sentado en el borde de la banqueta, y le pregunto: <<Papi Abdón,  . . . ¿Qué es éso que tienes en la mano?>>

- <<És lo que te quería enseñar,  . . . ésto se llama caja de cigarros, y és un veneno que hace daño, fíjate bien como és, para que núnca toques una de éstas, porque uno se enferma.>> - Dijo el abuelo con voz de ternura ligeramente mezclada con seriedad suavizada como para niño de tres años de edad.  . . .

<<¿Y qué es éso que tienes en la boca papi Abdón?>> - Preguntó con curiosidad el niñito mientras señalaba con el dedo índice en dirección hacia el cigarrillo, que justo antes de que él llegara estuvo a punto de encender el abuelo.  . . .

<<Ah, ésto és lo que trae adentro ésta caja de veneno, saqué uno para que vieras como son y como la gente tonta que los consume se envenena, te lo digo para que tú no lo hagas núnca, porque además sabe feo, y no sirve para nada bueno.>> - Acto seguido, el abuelo se quitó el cigarro de entre los labios, lo metió dentro de la cajetilla, y arrojó la cajetilla hacia el camino que pasa justo frente a la banqueta de la casa.  . . . Al arrojarla, hizo como quien sentía coraje, y dijo al tiempo de lanzarla; <<¡Éstas basuras no deberían de existir!>>

El niñito aunque aún no sabía absolutamente nada acerca de congruencia y Razonamiento lógico, vio que tanto lo que había dicho con lo que había hecho el abuelo, concordaba en palabra y acción, y se quedó totalmente convencido de que su abuelito sabía lo que hacía,  . . . y así fué, pues el abuelito quería dar un buen ejemplo a su nietecito predilecto, y se había propuesto en ése preciso momento, dejar de fumar definitivamente para el Resto de toda su vida.  . . .

Luego de tirar la cajetilla llena de sus cigarrillos favoritos, el abuelo metió su mano izquierda en el otro bolsillo de su camisa guayabera azul celeste, sacó unos dulces de menta, y le dijo al pequeño Angelito; <<Éstos sí son buenos, aquellos son malos, por eso núnca los pruebes, porque ya los probé Yo por tí, y te digo que saben feos y además hacen daño,  . . . pero si quieres prueba éstos por tí mismo, se llaman dulces de menta, a ver si te gustan.>>

- El niñito probó el dulce de menta que le dió su abuelito para persuadirlo de que los dulces de menta eran buenos y los cigarros eran malos,  . . . y al instante sintió que le ardía la nariz y le empezaron a lagrimear los ojos,  . . . pues ésa era la primera vez que el niñito probaba los dulces de menta en su diminuta existencia.  . . . <<Papi Abdón, ésto pica en los ojos, quema en la garganta y arde en la nariz.>>

<<Jajajaja, y que ni se te ocurra ir a beber agua ahorita, porque vas a sentir que el agua está bien fría.  . . . Ahora imagínate aquellos que tiré, son peores, en lo ojos, en la nariz, en la garganta y hasta en los pulmones, por eso mejor los tiré, para cuidarte de ellos.>> - Dijo el abuelo con un tono de voz Risueña.

- En ése momento, pasó por el camino frente a la banqueta, un señor que solía fumar mucho, miró la cajetilla de cigarrillos en el camino, la levantó, miró hacia donde estaba don Abdón conversando con su nietecito predilecto, y le dijo: <<¡Hey, mira! Creo que se te cayó ésto.  . . . está casi llena, sólo le faltan como dos o tres.>> - Dijo el señor fumador, sabiendo que de ése tipo de cigarrillos le gustaba fumar a su buen amigo Abdón.

Don Abdón al instante le hizo una seña y un gesto que le daban a entender que era por el nietecito, mientras decía con palabras bien pronunciadas; <<No, no se me cayó, yo la tiré, ésas cosas saben bien feas, fuchi y guácala,  . . . y además hacen daño, mejor si puedes hacernos el favor a Angelito y a mí, llévate lejos de aquí ésa basura.>>  . . .

El amigo del astuto abuelo entendió el mensaje de señas y palabras, y dijo con un tono de voz de seriedad; <<Ah, sí, sí, tienes Razón amigo,  . . . no te preocupes, yo les hago el favor de llevarme éste veneno pestilente lejos de aquí,  . . . adiós niñito, salúdame, ¿Por qué no me saludas?>> - Dijo el señor fumador mientras se despedía para continuar con su camino, mientras levantaba la mano derecha a modo de saludo y despedida, dirigiendo su mirada directamente hacia el pequeño Angelito.  . . .

- El niñito ni siquiera le hizo caso al señor fumador, sino que más bien se preguntaba en su pequeña mentecita; <<Si éstos dulces son lo buenos y lastiman los ojos y la garganta, qué feo se ha de sentir aquellos que los tuvo que tirar papi Abdón, han de ser como lumbre del bracero de la cocinita pero en la boca.>> - El pequeño Angelito todavía creía que la cajetilla de cigarrillos que había tirado su abuelo eran dulces, como los de menta, o algo parecido.  . . .

- * Mientras tanto, el abuelo aquél día inició la batalla contra el autodestructivo vicio del tabaquismo,  . . . con el propósito de ser un ejemplo de congruencia, se puso la programación mental de que a partir de ése día, cada vez que se le antojara fumarse un cigarro, se chuparía un dulce de menta, y se acordaría de la carita de inocencia de su nietecito que había creído en él.  . . . Ésta era la poderosa e infalible estrategia de papai Abdón para dejar de fumar,  . . . y le funcionó.

1. Proponérselo con verdadera convicción y certeza.

2. Sustituir ése mal hábito por un buen hábito.

3. Recordar el motivo y la Razón de por qué y por quién lo hacía.

4. Ser congruente con su propósito, no fallarse y jamás núnca darse por vencido.

- Después el abuelo partió, no se sabe bien si fue Dios que se lo quiso llevar al cielo, o si fue el demonio que se lo quiso llevar al infierno,  . . . hay quienes dicen que simplemente volvió a su espacio y a su tiempo a través de la inquebrantable línea de tiempo existencial,  . . . pero la Realidad indica que haya sido lo que haya sido, ya no se le ha vuelto a ver desde el último día.  . . .


• Historia dos: La vida Real nos Repite la lección si és necesario:

- Tiempo después,  . . . el niñito ya había cumplido casi los seis años de edad, y se preparaba para ingresar como estudiante del sistema de educación pública, para el primer grado de primaria.  . . . Ahora ya era consciente de la diferencia entre los cigarros y los dulces de menta.  . . . Y había descubierto que ya no le gustaban los dulces de menta, y que no sentía interés alguno en probar los cigarros,  . . . pues le parecía algo muy tonto ver a la gente con eso en la boca, aspirando humo hasta los pulmones y por su propia voluntad.  . . . "¡Qué locura!" - Se decía mentalmente a sí mismo cada vez que veía a alguien fumando.  . . .

Por aquél tiempo, ya se sentía con edad de andar más libre por la aldea, y empezaba a Relacionarse un poco más con su familia materna, que vivía al otro lado del puente,  . . . y anteriormente casi no lo dejaban ir porque estaba lejos para un niño chiquito.  . . . Pero ahora él podía ir solo, por su propia cuenta, sobre todo porque le había tocado coincidir con una de sus primas en el primer grado de primaria,  . . . así que la iba a visitar para que le ayudara con la tarea, porque él casi no ponía atención en las clases en la escuela.  . . .

En ésos días empezó a convivir más con su abuelito manterno, al que le decía papi Álvaro,  . . . así le decían todos los hijos y los nietos,  . . . papi Álvaro.  . . .

- Don Álvaro tenía el hábito de sentarse a fumar sobre el borde de un pasamanos que estaba en el corredor de su casa, y mientras fumaba le gustaba contarle historias a Angelito, o a cualquiera de sus nietos que estuviera ahí con él.  . . . <<Pero no te acerques mucho, que estoy fumando, tú sientate ahí por el pino,  . . . ya cuando me termine el cigarro si quieres te arrimas más para acá y te sientas aquí conmigo.>> - Solía decir el abuelo.  . . .

<<Papi Álvaro, ¿Tú sabías que fumar hace daño?>> - Preguntó Angelito Repentinamente a su abuelo.  . . .

<<Sí, por eso te digo que no te acerques hasta que me haya terminado el cigarro.  . . . Para que no Respires el humo.>> - Dijo el abuelo con voz de seriedad, mientras se le escaba un poco de toz cigarrética al momento de hablar.  . . .

<<Papi, pero entonces si sabes que hace daño por qué fumas tanto?  . . . Alguien me dijo que cada cigarro que se fuma alguien, quema como cinco minutos de su vida en cada jalón que le dan al cigarro.  . . . ¿Será cierto éso?>> - Preguntó el nieto, más que por curiosidad, lo hacía para ver si lograba crear un poco más de consciencia en la mentalidad de su abuelo.  . . .

<<Éso son mentiras,  . . . y de todos modos de algo se tiene que morir uno.  . . . Hace unos días se acaba de morir uno de Coyolillo, uno de los de la cuadrilla que trabaja conmigo, y el pobre ni fumaba ni bebía.>> - Dijo el abuelo tratando de justificarse con un tono de voz de seriedad, mientras echaba una fumarola de humo hacia el aire.  . . . Y hasta parecía Realmente disfrutarlo, como si dejara salir más que humo,  . . . un poquito de estrés y preocupaciones también parecían ir incluidas en la fumarola.  . . .

El nieto ya no quiso seguir conversando con el abuelo sobre el tema, porque parecía ser en vano, además de que parecía incomodar al abuelo con ése tipo de preguntas.  . . .

Pocos meses después de ése día,  . . . el abuelo fue internado con serios problemas cardiorrespiratorios,  . . . y ya no salió con vida del hospital.  . . .

Entonces el nieto se preguntaba a sí mismo mentalmente; "¿Si papi Álvaro no hubiera sido tan fumador todavía estaría vivo para cuando yo me hubiera graduado de la primaria?  . . . Ya no hay manera de saberlo." - Se decía a sí mismo, tratando de hacer cuentas imaginarias, tomando en cuenta que ni siquiera sabía cuántos cigarrillos contenía cada cajetilla.  . . . Mientras la familia se desahogaba en llantos, él se decía mentalmente; "Si cada cajetilla trae por lo menos diez cigarrillos, y cada cigarro se terminara con unos diez jalones cada uno, y cada jalón fueran cinco minutos menos de vida,  . . . ¿Cuánto tiempo de vida mal gastada sería?"  . . . Se preguntaba consternado, sin poder derramarse en llantos.  . . .

Todos en la aldea denominada San Nicolás se enteraron de lo de don Álvaro, y como era alguien muy conocido y Respetado por trabajar como conductor en las jornadas del corte de caña en su carro azul llamado Mar y Cielo, mucha gente de las cuadrillas locales y de otros pueblos de los alrrededores, asistieron el día de despedirlo de éste mundo.  . . .

Todavía nadie sabe con certeza si fue que Dios quiso tenerlo en su santa gloria, o si el demonio quiso tenerlo en su maldito infierno,  . . . hay quienes dicen que sólo volvió al lugar del que provino, porque polvo fuimos y en polvo nos convertiremos,  . . . pero la Realidad indica que modestamente haya sido como que haya sido, ya no se le ha vuelto a ver desde el último día.  . . .


• Reflexión: El poder de partir la historia en dos.

- En la noche mientras transcurría el evento Ritual del velatorio, Angelito iba pasando por donde estaban todos los tíos conversando, Reunidos en forma de círculo,  . . . cuando escuchó que uno de entre la bolita dijo; <<Y todo por culpa del maldito cigarro.>>

- Angelito se detuvo, se acercó y les dijo; <<¡Mentiras, la culpa no és del cigarro, la culpa és de los que se los fuman!>>

<<Eh, ¿Pues qué tienes tú? ¡Loco, grosero, mal educau, igualau, aprende a Respetar, güilajo!>> - Dijo enfurecido uno de los tíos que en ése momento estaba ligeramente embriagado.  . . .

<<¡Pero si es la verdad, debería de darles vergüenza que se dejan dominar la vida por el vicio!>> - Respondió él.  . . .

<<¡Eh, ¿Y todavía contestas? Ándale pa allá con tu mamá!>>

<<Pues para allá voy, pero cuando iba pasando oí que dijeron que todo fue por culpa del cigarro, y eso no és cierto, el cigarro y el aguardiente sólo le hacen daño a quienes los consumen.  . . . ¿A poco no és cierto éso?>>

<<Pues sí,  . . . ¿Cómo chingaos le va a hacer daño a la gente que no los consume?  . . . Éso és obvio.>> - Dijo otro de los tíos, con más calma que el anterior.  . . .

<<Pues ahí está, si entendieran éso entonces no estarían diciendo que és por culpa del cigarro o del aguardiente,  . . . és por culpa de ustedes que se dejan dominar la vida por el vicio.>> - Dijo el niñito, con un tono que confundía entre Risueña y seriedad.  . . .

<<¡Hijo de la,  . . . te mereces unos cinturonazos, vas a ver ahorita!>> - Dijo otro de los tíos, mientras hacía la finta de que se iba a quitar el cinturón.  . . .

<<¿Y todavía se enojan conmigo en vez de aceptar la verdad?  . . . ¿En vez de que digan que ustedes van a cambiar la historia me ofrecen cinturonazos?  . . . ¡Ustedes pueden decir que tienen ésos malos vicios porque lo aprendieron de su papá,  . . . y si siguen así, pues también los hijos de ustedes, y luego los hijos de ellos, todos van a seguir diciendo lo mismo!  . . . ¡Y haciendo lo mismo!  . . . ¡Ustedes pueden partir la historia en dos,  . . . alguien de alguna generación tiene que ser el primero en dejar de hacer lo que algún día otra generación anterior empezó a hacer mal!  . . . ¡Para que así las próximas generaciones ya no puedan decir; "el vicio lo aprendí de mi papá, y por eso no hay problema!">> - Dijo el niñito, antes de salir corriendo de ahí.  . . .

<<¡Pinche chiquillo, metiche, hijuela tinznada!>> 

<<No le hagas caso carnal, déjalo, apenas tiene como cinco o seis años creo, todavía no sabe ni entiende de las cosas de la vida.>> - Dijo un hermano al otro, colocando ligeramente su mano en el hombro de su hermano.  . . . 

<<Saben qué hermanos,  . . . -Dijo el hermano mayor de entre toda la bolita- estoy de acuerdo en que el chiquillo és bien Raro,  . . . pero tiene un algo que no sé que és,  . . . no és como los demás.  . . . Y me dejó pensando,  . . . tiene Razón nos guste o no.  . . . A partir de hoy Yo no vuelvo ni a beber ni a fumar, si me invitan a su casa, sepan que si me invitan a beber o a fumar Yo no voy a acompañarlos en éso.>> - Dijo con seriedad el mayor de los hermanos que estaban ahí conversando entre la bolita,  . . . mientras apagaba el tiraba en la tierra la bebida que le quedaba en el vaso desechable,  . . . y apagaba para siempre el que sería el último sigarro de su valiosa vida.  . . .

<<¿A poco le vas a hacer caso a ese chiquillo loco hermano?>> - Le preguntó otro de los tíos de Angelito a su hermano mayor.  . . .

<<No hermano, no és quién lo dijo, sino que lo que dijo és cierto, y no hay cómo negarlo ni aunque uno quisiera.  . . . Todo nosotros debemos de tener la fuerza de voluntad suficiente como para poder partir la historia en dos.  . . . Para que las próximas generaciones no tengan en nosotros mismos el mal ejemplo y la mejor excusa para tener malos vicios.>> - Dijo con seriedad, mientras tiraba un escupitajo al suelo.  . . .

<<No pues sí, en eso sí tienes Razón hermano, cuenta conmigo.>>

- Y así fue como empezó a funcionar el poder de la todopoderosa fuerza de voluntad, ése inquebrantable poder interior que le permite al ser humano poder partir la historia en dos.  . . .
En ser y hacer la diferencia entre el antes y el después de uno, en el árbol genealógico familiar, en la comunidad y en la vida.  . . . Y cada generación fue mejor después de ésa en la familia, en la aldea, y en el mundo.  . . .
Gracias a las palabras que un niñito Raro dijo sin pensar,  . . . o quizá las dijo con toda la intención de despertar ése inquebrantable poder que proviene de la todopoderosa fuerza de voluntad de que alguien tomara la firme decisión de ser el primero en cambiar, mejorar, superarse y ser una versión mejorada de sí mismo.  . . .

* Los abuelos observaban aquél nietecito sintiéndose infinitamente orgullosos,  . . . un abuelo fue el primero, y el otro abuelo fue el último,  . . . ambos fueron necesarios para que ésta lección pudiera ser aprendida, puesta en práctica, y enseñada con el vivo ejemplo.  . . .

"Yo Soy el primero."  . . . Así inicia la todopoderosa e inquebrantable fuerza de voluntad que le ha dado al ser humano la capacidad de poder partir la historia en dos, generación tras generación, desde el primero hasta el último, desde el principio hasta el fin.  . . .


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(Éste artículo no tiene fines de lucro. Éste artículo no pretende intervenir en las preferencias políticas o Religiosas de nadie. Éste artículo ha sido escrito con el propósito específico de crear y elevar el nivel de consciencia sobre el poder de la fuerza de voluntad. Éste artículo y todo el contenido de LM&LV tiene el objetivo y el propósito específico de crear y elevar el nivel de consciencia de la humanidad, sobre todos los temas posibles.)

© Copyright 2021, derechos de autor, Ángel Yazmani F. L. ® Todos los derechos Reservados.

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