domingo, 6 de marzo de 2022

La influencia del librepensador.


– Lo conocí desde antes de que naciera, un señor de edad bastante mayor, aceptó en su casa a la joven madre embarazada, con el diminuto fetitio incluído en el interior de su vientre. . .

En su época, todavía no existía el preescolar, ni la primaria, ni la secundaria, no existía el sistema de educación académica en general, el único tipo de educación que existía, era la educación religiosa, dictada directamente por los Dioses en persona, según los maestros de aquellos tiempos. . .

Su jóven madre pronto daría a luz al diminuto niño, mientras don José, el que sería el padrastro adoptivo del niño, trataba de ganarse el pan de cada día, haciendo trabajos de carpintería en el barrio y en los pueblos de los alrrededores. . .

Cuando finalmente el niño nació, hubo mucho escándalo en todo el barrio, pero su madre trataba de darle calma, y mientras lo tenía en brazos, e incluso desde que lo tenía en el interior de su vientre, empezó a decirle al fetitio y futuro ser humano, que él sería un niño Dios. . . Las amorosas palabras de la madre influyeron tanto y tan profundamente en él, que el pequeño desde antes de nacer, creyó que eso era totalmente cierto en su caso, pues no planeaba pasar por el mundo como si hubiese existido en vano. . .


– A medida que fue creciendo, el aprendiz de ser humano fue aprendiendo carpintería gracias al ejemplo y la influencia directa de don José, su padrastro adoptivo. . . Sin embargo, el niñito no se sentía conforme, él quería aprender a leer y a escribir, a pesar de que eso era estrictamente prohibido para los pobres de su entorno. . .
Pues sólo el pináculo de la Oligarquía tenía permitido ese privilegio de poder aprender y saber, debido a que el acceso al conocimiento no era considerado un derecho humano, sino que por el contrario, era castigado terriblemente, todo aquél que aprendía a leer y a escribir por cuenta propia, si no era miembro del consejo de la oligarquía de los autoproclamados maestros de la ley, debía de ser considerado un hereje, y recibir un castigo al puritito estilo de la época, según las reglas impuestas por ellos mismos. . .

Un día por la tarde, poco después del medio día, el niñito fue a entregar una mesa pequeña a la casa de un maestro de la ley, y el niñito le dijo que a cambio de la mesa que él mismo había hecho con sus propias manos, no quería dinero, sino que quería sabiduría. . .

Al maestro de la ley le pareció buena idea, no le pareció que eso fuese un terrible pecado o un delito capital, tal y como era considerado en su entorno en esa época, así que aceptó contento, porque ahora él tendría un aprendiz propio. . . "A éste Yo sí que le voy a enseñar bien". –Se dijo a sí mismo mentalmente. . .

El niñito era fuera de lo común, y hacía preguntas fuera de lo común, tanto que su maestro en ocasiones se quedaba sin respuestas,  . . . pues ni siquiera el propio maestro se había preguntado nunca antes, las preguntas que le planteaba aquél niñito que apenas tenía aproximadamente entre siete y ocho años de edad, en ese preciso momento. . .

“¿Quién demonios és éste niño? . . . ¿Por qué me hace ése tipo de preguntas de las que ni siquiera Yo tengo respuesta alguna? . . . ¿Quién estará influyendo en la mentalidad y en la vida de éste niño?  . . . ¿Realmente seré tan sabio como dicen en el consejo, o será quizá que tanto los del consejo como Yo no somos más que unos necios que se creen sabios por la influencia que tenemos sobre los demás?” –Se cuestionó el maestro de la ley, por primera vez en su vida. . .

– Siguió transcurriendo el tiempo, sin prisa pero sin pausa, de tal manera que el niñito, de manera natural, llegó a la edad de la adolescencia, ahora su propio criterio era mucho más amplio que cuando era niñito. . .
Cierto día, el curioso adolescente se acercó a donde estaban reunidos los maestros de la ley, se paró justo en el centro de la bolita, y les hizo ésta pregunta frente a la gente del pueblo que estaba alrrededor de todos ellos; «¡Oh, maestros y sabios del consejo de la ley, ustedes que son admirables por ser tan sabios, me gustaría tener la oportunidad de saber su respuesta sobre una pregunta que he tenido en mi mente desde hace tiempo, pero no me había atrevido a hacerla antes, sin embargo, creo que ha llegado el momento, y no hay momento más acertado que éste preciso momento, díganme ustedes; 'Si en algún momento tuvieran justo frente a ustedes al salvador que ustedes dicen que habría de venir alguna vez,  . . . ¿Cómo lo reconocerían!?» . . .

– Todos se quedaron estupefactos, los maestros supuestamente sabios se miraban entre sí con cara de idiotas, sin saber qué responder. . . Preocupados porque sabían que eso podía afectar su influencia sobre el resto de la gente del pueblo. . . Y mientras eso ocurría, el adolescente agregó aún más dificultad a la pregunta. . .

«Díganme, oh, sabios maestros de la ley, ¿El que habría de venir tendría cuerpo humano o en qué tipo de cuerpo habitaría? . . . Si viniera sólo en espíritu, y el espíritu es invisible ante los ojos del ser humano; ¿Cómo entonces podríamos verlo y saber que no está aquí justo frente a ustedes en éste preciso momento o si ha venido ya?».

– Todos los maestros se quedaban viendo entre sí, sin saber qué responder ante semejantes preguntas nunca antes planteadas por nadie. . .

«No, . . . no, . . . no sabemos,  . . . ¡Por primera vez en la historia alguien nos pregunta algo que no sabemos!» – Dijo con honestidad uno de los maestros, demostrado gran desconcierto e incertidumbre. . .

 «¿Quién es ése adolescente? . . . ¿De dónde ha salido? . . . ¿De dónde le ha venido tanta sabiduría si sólo es el hijo de una joven ama de casa y el hijastro de un carpintero?  . . . ¿Cómo es éso posible? . . . ¿Quién será el que ha influido en su mentalidad y en su vida de tal manera?» –Se preguntaban los maestros entre sí. . .

– El tiempo siguió avanzando de manera natural, sin prisa pero sin pausa, el adolescente, de manera natural, pasó a ser adulto, era un librepensador todo poderoso, en tiempos del máximo nivel de manipulación estupidecedora del que se tengan registros, en toda la historia conocida de la humanidad,  . . . y evidentemente, no encajaba en ninguna parte, pues jamás en toda la historia existencial, ningún librepensador ha sido bien visto en ninguna época, por ninguna oligarquía de estupidetización masiva. . .

Cuando ya era todo un genio nivel Dios, el librepensador se dedicó a viajar a distintas comunidades, para dar clases gratuitas de conscientización, de acuerdo a su filosofía universal y a lo que él comprendía acerca de la existencia y la vida. . . Deseaba ardientemente con toda vehemencia, ser el librepensador más influyente de toda la historia, y estaba dispuesto incluso a dar su vida a cambio de lograr eso que él considerba, su principal propósito existencial. . . 

«¡En verdad les digo, el que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que tenga boca que no se quede en silencio!» – Gritaba con tono de convicción y certeza.

Pues deseaba con todas las fuerzas de su ser, crear y elevar el nivel de consciencia de la humanidad, sobre todos los temas posibles,  . . . y era absolutamente consciente de que la única manera de conseguirlo, era haciéndole ver las cosas a los que se hacían como que no habían visto ninguna injusticia jamás,  . . . haciendo escuchar a todos los que anteriormente hacían como si no hubieran escuchado nunca ninguna orden dada con prepotencia,  . . . y haciendo hablar a todos los que anteriormente callaban como si fuesen mudos. . . Incluso, dicen que su influencia era de tal magnitud, que su motivación hacía caminar largas distancias, a algunos que antes no daban ni un sólo paso por su propia voluntad, se comportaban como si fuesen paralíticos. . . 

Pronto un escritor apasionadamente curioso y extraordinariamente creativo que entendía el propósito, empezó a escribir acerca de él, en su explicación, el autor explicaba que el tipo tenía la capacidad de curar a los ciegos, a los sordos, a los mudos y hasta a los paralíticos. . . Y aunque eso no era literalmente cierto, sí era hipotéticamente una verdad irrefutable. . . 

Pues pronto empezaron a haber más tipos como él, más librepensadores, más tipos que creían en sí mismos y en sus capacidades, más gente capaz de ver las cosas como realmente eran, más personas capaces de escuchar la verdad aunque no fueran las mentiras agradables a las que estaban acostumbrados, más seres humanos capaces de comunicar sus sentimientos, sus pensamientos, sus convicciones, más gente dispuesta a dar los pasos que fuesen necesarios para llegar a la verdad,  . . . y la verdad les hizo libres, tanto como a él en su tiempo, tanto como a mí en mi tiempo, tanto como a otros en su preciso momento, y hasta más. . .

«¡Por el bien de todos, es necesario continuar creando y elevando el nivel de consciencia de la humanidad, sobre todos los temas posibles!» – Se le ha escuchado gritar por todo el mundo. . . Y ésto, amigos míos, compañeros y compañeras de existencia y de vida, aunque parezca ser el final del relato, és en realidad, el principio, pues hemos conocido la verdad, y la verdad nos ha hecho libres. . .
 
Cuentan que la influencia de aquél librepensador, ha de seguir impactando la historia, desde el principio hasta el fin, desde el primero hasta el último, y desde aquí hasta allá,  . . . mientras él mundo siga siendo mundo, la influencia del librepensador ha de seguir impactando mentalidades y vidas. . . Porque lo que ha sido ya fue, lo que és ahora ya és, y lo que ha de ser, será. . .


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(Éste artículo no tiene fines de lucro. Éste artículo no pretende intervenir en las preferencias políticas o religiosas de nadie. Éste artículo ha sido escrito con el propósito específico de crear consciencia sobre el poder de la infancia. Éste artículo y todo el contenido de LM&LV tiene el objetivo y el propósito específico de crear y elevar el nivel de consciencia de la humanidad, sobre todos los temas posibles).

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