Ella tenía dos nombres, aunque su primer nombre no le gustaba, y de su segundo nombre sólo le gustaba la primer mitad.
Él también tenía dos nombres, Dios lo había planeando así, para que al encontrarse ella y él no se fueran a confundir.
Él también tenía dos nombres, Dios lo había planeando así, para que al encontrarse ella y él no se fueran a confundir.
Ella era la jefa de un grupo de trabajadores, a pesar de que no le había gustado estudiar.
Él era un emprendedor independiente, aunque se había preparado tanto que si quería podía trabajar para alguien más.
A Dios se le había ocurrido que sería buena idea presentarlos precisamente el 14 de Febrero, el día del amor y la amistad.
Dios utilizaría como excusa o pretexto, aquello del destino y la casualidad.
El día que se conocieron se abrazaron, sabiendo que hacía tiempo no habían abrazado a nadie más.
A ella le dio miedo sentir la mitad de un abrazo tan distinto, a él no le importaba dar toda su alma al abrazarla.
Ella no sabía qué hacer, qué sentir, que pensar, qué decir, ni qué creer, así que salió huyendo, con ganas confundidas de nunca volverlo a ver, mientras que al mismo tiempo, en su interior deseaba nunca dejar de verlo.
Él sí sabía qué hacer, qué sentir, qué pensar y qué debía decir, pero no sabía cómo podría explicar lo inexplicable, así que decidió seguir su camino sincero, sintiéndose desanimado porque de nada le había servido haber encontrado a la chica de sus sueños.
Ella ahora está sabrá Dios donde, él ahora está escribiendo, . . .
Ella ahora está haciendo sabrá Dios qué, él está tomando café.
Ella ahora está sintiendo sabrá Dios qué, él está sintiendo que sentir a veces no tiene sentido.
Ella en éste preciso momento está pensando o soñando sabrá Dios qué, él en éste preciso momento está pensando que Dios es un demente que sin pedir permiso entra en tus sueños y en tu mente, al igual que el amor, . . . entra en tu corazón sin preguntar, . . . y sin pedir permiso.
Así hasta el momento va la historia, sus dos nombres, sus caminos y sus decisiones, hacen que no se sepa si lo que era ya no es, o si lo que debía ser, . . . algún día será.
Sólo Dios y tal vez ella sabrán qué, . . . porque la historia no termina, . . . hasta uno de los dos se muere, . . . ella o él, . . . aquí o allá.
Sólo Dios y tal vez ella sabrán qué, . . . porque la historia no termina, . . . hasta uno de los dos se muere, . . . ella o él, . . . aquí o allá.
© 2018 Copyright. Derechos de autor. Ángel Yazmani F.L. http://lamentalidadylavida.blogspot.com/ Todos los derechos Reservados.
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