El escritor estaba ahí, sentado en su lujosa y acolchonada silla estilo imperial, como la silla del Rey de España.
Mientras escribía, el escritor no hacía más que pensar en la chica de sus sueños, pero sabía que debía de escribir sobre otras cosas menos traumáticas.
Su corazón le dictaba; "Escribe sobre ella, dile que la amas, que quieres que sea parte de tu vida y tú ser parte de la suya."
Pero su mente le decía; "Olvídate de escribir sobre ella, escribe mejor otra cosa, que no sepa que la amas, que crea que no te interesa ser parte de su vida ni que ella sea parte de la tuya."
El pobre escritor, tenía que enfrentar diariamente, noche a noche, esa batalla entre lo que siente y lo que piensa, entre la chica de sus sueños y su Realidad, entre darse por vencido o continuar esperando con esperanzadora paciencia, con ganas de borrar todo y volver a empezar, y al mismo tiempo con ganas de no borrar nada, ni siquiera corregir las faltas de ortografía que luego él mismo encontraba al Revisar.
Algunas personas pensaban, suponían, creían y se imaginaban, que la tarea del escritor era bastante fácil, que sólo había que sentarse, ponerse a escribir y ya, pero en la práctica nadie en todo el mundo podía producir los mismos escritos que él.
Tal vez quienes pensaban que era fácil, no sabían que, como dijo Henry Ford; "Pensar es una de las tareas más difíciles que existen en la vida, y por éso pocos se dedican a hacerlo."
Pocos seres humanos en el mundo, están Realmente dispuestos a enfrentar su batalla, sus dudas y sus temores, y nadie lo hace tanto como los más grandes pensadores y como los más grandes sentidores.
En un mundo liderado por manipuladores insensibles expertos en tácticas de persuasión social, los inmanipubales son considerados un peligro, porque no tienen precio, nadie los puede comprar, y dicen las verdades que los que se sientan en las sillas más cómodas de cada país del planeta tierra, tratan de mantener ocultas, en secreto, cómo una secta de iluminados dirigiendo las Naciones Unidas, dividiéndolas en Realidad, unas contra otras. "Hay que atacar a Siria, hay que culpar a Israel para borrarlo del mapa."
El escritor estaba ahí, pensando en su amada, escribiéndole al mundo lo que sabía y lo que pensaba, ocultando lo que sentía, como Dios aquél día, cuando soportando el dolor, demostró el verdadero e infinito poder del amor.
Cómo el amor de una madre, que pariendo con dolor materializa el amor, mientras el creador de la existencia y la vida, observa un poco apenado consigo mismo, por lo perfectamente libre que le quedó su creación, tan libre que hasta pareciera que algunos se están poniendo de acuerdo, para dirigirse hacia su propia auto destrucción.
Yo sólo me pregunto; "¿Quién demonios leerá lo escrito después del Armageddon? ¿Y quién aplaudirá? Aparte del creador; ¿Quién demonios verá desde tan alto semejante atracción de juegos pirotécnicos? ¿Qué Youtuber grabará y que idiota se tomará selfies diciendo; "Miren me, yo en el Armageddon?" Nadie.
Quizá sólo en sueños, quizá sólo en la imaginación.
Porque los iluminati no son tan iluminados, y ni su iluminación se verá después del apagón del Sol.
Sólo ese día, hecho noche, se apagará el infinito poder del amor que siente el escritor por la chica de sus sueños, y Dios por su creación.
© 2018 Copyright. Derechos de autor. Ángel Yazmani F.L. http://lamentalidadylavida.blogspot.com/ Todos los derechos Reservados.
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