El poder de una firme decisión.

Es bien sabido desde el principio, que el ser humano tiene la libertad de tomar decisiones personales, ya sea que se tomen decisiones correctas o incorrectas. Sin embargo, varios estudios han Revelado que en gran parte de la especie humana, predomina la tendencia de ser indecisos.

El poder que otorga tomar una firme decisión, puede hacer la diferencia entre la vida que uno cree que le toca vivir y la vida que uno decide formarse.
Un antiguo anciano dijo una vez: "Sé decidido, y poderosas fuerzas vendrán en tu ayuda."
Debo Reconocer que en ése momento no comprendí, y me pareció algo Ridícula ésa afirmación, hasta que comprobé que ése sabio anciano tenía Razón.

Desde todos los tiempos, antes, ahora y seguramente también después, ha habido, hay y seguirá habiendo, una tendencia natural de titubear y dudar a la hora de tomar decisiones.
Sin embargo, a partir de hoy éso puede ser cierto para los demás y no para usted, si en éste preciso momento toma la firme decisión de ser decidido o decidida.

Las consecuencias de la indecisión, pueden ser consideradas como catastróficas, ya que la acumulación de in-decisiones, llevan directamente a donde uno no quiere ir y causan que ocurra precisamente lo que uno no quiere que ocurra en su vida o en su profesión.

Por el contrario, los beneficios que brinda el poder de una firme decisión, pueden ser consideradas como bendiciones, ya que la acumulación de decisiones correctas tomadas con firmeza y convicción, llevan directamente a donde uno desea ir y causan que ocurra precisamente lo que uno desea hacer que ocurra en su vida o en su profesión.

Hay una cantidad casi incalculable de casos que así lo demuestran, y no es necesario buscar tan lejos, basta con que usted observe a su alrrededor, esté en donde esté, verá de manera evidente que Realmente es así.

El gran Napoleón Hill escribió una afirmación sobre la indecisión, que merece Resaltar en éste preciso momento: "La falta de decisiones, causa que las personas indecisas tomen lo que queda después de que los demás hayan elegido."

Desafortunadamente, no hay una manera conocida para ayudar a una persona acostumbrada a ser indecisa, ya que el poder de una firme decisión, proviene precisamente de una firme decisión tomada por uno mismo.
Quien no toma la firme decisión personal de utilizar el poder de una firme decisión, no puede ser ayudado por nadie, porque nadie puede ser firmemente decidido por alguien que no sea uno mismo.

Usted no podría usar el poder de una firme decisión por mí o por alguien más, ni yo podría utilizar el poder de una firme decisión por usted, ni por nadie más.
Pero usted sea quien sea y esté en donde esté, puede empezar a poner en practicar el poder que producen las decisiones tomadas con fe, convicción y certeza.

Considero que podrían serle de ayuda éstas preguntas básicas para empezar:

1. ¿De qué manera me beneficia tomar ésta firme decisión, y de qué manera me afecta no tomar ésta decisión con firmeza?

2. ¿Cuál es específicamente la firme decisión que me propongo elegir en éste preciso momento?

3. ¿Por qué y para qué he decidido precisamente éso?

4. ¿De qué manera negativa ha afectado a mi vida no poner en práctica el poder de tomar decisiones con firmeza y convicción personal?

5. ¿De qué manera positiva mejorará mi vida a partir de hoy al poner en práctica el poder de tomar decisiones personales con firmeza?

6. ¿Dedico mis Recursos y mi tiempo a algo que yo he decidido firmemente, o le dedico mi tiempo y mis Recursos a algo que me hace sentir y creer que no me queda de otra?

7. ¿Reconozco que de todas las firmes decisiones que existen, la principal es conscientemente empezar a poner en práctica el poder que me otorga ésta firme decisión?

Preguntas como las anteriores, pueden ayudar de alguna manera, y esperaremos que Realmente así sea en su caso personal, ya que sabemos que en algunos casos no será así, por causa de la falta de una firme decisión que alguien "decidió" no tomar.

El poder de una firme decisión es suyo, está en usted, porque usted tiene al igual que yo y al igual que toda la especie humana, el libre albedrío que Dios creó para la manera de funcionar de la existencia y la vida.

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